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Adaptar tu casa a una silla de ruedas

A la hora de comprar una casa, no tendemos a pensar en el futuro de nuestra salud, en las necesidades que puede llegar a tener "yo" enfermo, anciano o tras un accidente.

En el caso de las personas en silla de ruedas desde su nacimiento o juventud, nacen con estas necesidades implícitas. Desde hace muchos años conocen las trabas que supone la arquitectura de una casa, los accesos a edificios o el acceso general a aceras, parques, etc.

Por eso a la hora de comprar una casa o reformarla, tenemos la oportunidad de adaptar nuestra vivienda a necesidades actuales o potenciales.

Por lo general, al entrar en una casa, podemos ver cómo la altura y anchura de los elementos no están adaptados para personas que ven el mundo desde una silla de ruedas.

Pese a que a día de hoy hay diferentes tipos de sillas de ruedas, el tamaño estándar de una silla es de 80 centímetros de ancho, 1.8 metros de largo y 91 centímetros de alto. Teniendo en cuenta que el ancho estándar de una puerta interior es de 80 centímetros, vemos cómo la movilidad por estos espacioes es cuando menos complicada.

Pero, empecemos por el principio.

¿Cómo comienzo la adaptación de mi vivienda?

En primer lugar, deberemos tener en cuenta el acceso a la vivienda, ya que será la primera barrera que podemos encontrar. Si vivimos en una casa de planta baja, eliminaremos la inestabilidad del firme y eliminaremos los escalones que nos impidan la entrada o en su lugar, siempre que podamos, añadiremos una rampa útil para una silla de ruedas.

En el caso de vivir en un edificio, obviamente comprobar si existe un ascensor y el tamaño y acceso a él.


En segundo lugar, comprobaremos el tamaño de las puertas, en función del tamaño de nuestra silla. Si además estas son puertas correderas. nos facilitará aún más la apertura. En el caso de no serlo, intentaremos que al menos sean de apertura hacia fuera.

 

En tercer lugar, el cuarto de baño. Se trata de la estancia de la casa que supone una mayor dificultad para su uso debido también a ser de uso estrictamente íntimo y personal. Además de la puerta, debemos tener en cuenta la altura de los elementos; lavabo, váter y sobre todo la ducha.

Debemos tener en cuenta que en un cuarto de baño en el que entra una silla de ruedas debe ser mucho más espacioso, para que así la silla pueda desplazarse por él sin dificultades. 

El espacio entre el váter, lavabo y ducha deb ser lo bastante amplios como para poder desplazarse y girarse sin dificultad. Para poder utulizar la taza del váter debemos tener unos apoyos que nos permitan colocarnos, sentarnos y levantarnos. El lavabo debe tener espacio bajo él para que sentados en la silla podamos acceder al grifo, jabón o cepillo de dientes sin problema, por lo que eliminaremos el mueble este, si existiese.

La bañera deberá ser sustituída por una ducha antideslizante que disponga de un asidero en tanta superficie como sea necesario. Las puertas deben tener en cuenta que no supongan una barrera de entrada, especialmente en el suelo, pero también aquí debemos tener en cuenta el ancho de esta puerta.

El acceso a la grifería, debe ser colocado a medida, al igual que la disposición de jabón, champú, esponja, etc.

En cuarto lugar, teniendo en cuenta que la altura de la silla no suele superar los 91 centímetros, la altura de los ojos de una persona (en función de la edad, complexión y altura) estará a 1.30 metros de altura, por lo que si estamos con esa altura ante una encimera o cocina de una media de 90 centímeros, la usabilidad de este espacio es realmente dificultosa.

Y es que debemos que no sólo bastará con poder observar o llegar con la mano a los muebles, debemos cocinar sobre ellos, pudiendo alcanzando cómodamente y con seguridad los accesosios de cocina.

De la misma forma debemos tener en cuenta la altura del horno, la nevera o el microondas, ya que al igual que no podemos acceder a partes demasiado altas para nosotros/as, tampoco podremos hacerlo si el horno está a la altura de nuestros pies, al menos con seguridad.

En quinto lugar, el suelo. Olvidémonos en la mayoría de los casos de las alfombras de más o menos grosor o moquetas, ya que pueden dificultar mucho el desplazamiento en silla.

En sexto lugar, el mobiliario de nuestra casa. Tendremos en cuenta la altura de nuestras mesas, sillones, muebles, cajoneras, etc. pero también debemos pensar en la disposición de enchufes e interruptores a los que deberemos llegar con la mayor comodidad posible. La altura de las ventanas, las persianas y la apertura de sus puertas, las cortinas y los pomos de las puertas deben ser totalmente accesibles.

No sólo debemos tener en cuenta la altura de estos elementos, si no el espacio que dejamos entre ellos, ya que debemos entender la silla como una extensión más de nosotros/as a la hora de movernos y desplazarnos.

Lo más importante en la daptación de una nueva vivienda siempre será la seguridad y comodidad. Siempre valoraremos en función no sólo de nuestra silla, tendremos en cuenta la situación personal de cada uno/a.