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Comprar una casa y asegurar tu calidad de vida

Uno de los sueños que tenemos desde nuestra primera vivienda es el de encontrar una casa perfecta en la que tengamos todo lo posible a nuestro alcance. 

Cuando compramos una casa tenemos en cuenta todo lo que podemos necesitar en nuestro presente y futuro, desde colegios, supermercados o farmacias hasta sitios de ocio, tanto a cubierto como al aire libre.

Las viviendas cercanas ya sea a la playa o a la montaña, cobran un valor aún mayor, teniendo en cuenta la calidad de vida que supone para cualquiera de nosotros. Comprar una casa en ciudades como Tarragona, es una de las opciones que enbloba todas estas premisas. Una ciudad grande, con playa y rodeada de naturaleza a poco más de una hora de Barcelona.

La nueva situación a partir de la pandemia que continuamos sufriendo, nos hace ver que la calidad de vida se impone ante otros muchos aspectos de la vida, por lo que optamos por mudarnos a ciudades que nos permitan estar en contacto con la naturaleza sin por ello abandonar las comodidades que nuestras ciudades nos ofrecen.

Comprar una casa es una de las mayores invresiones, si no es la mayor, que haremos a lo largo de nuestra vida. A la hora de elegir una casa de alquiler, no son tantas las consideraciones a tener en cuenta, y es que con la compra de una casa entendemos que la ciudad elegida puede ser la casa de primera residencia durante el resto de nuestra vida.

Comprar una casa teniendo en cuenta la calidad de vida futura.

Por ello, debemos tener en cuenta la calidad de vida de la que podremos disfrutar en la ciudad o pueblo que elijamos para invertir.

Uno de los fallos de planificación más habituales, suele ser el pensar tan sólo en un futuro "inmediato", sin pensar en cómo será nuestra vida en un futuro más lejano, sin pensar en nuestra edad y necesidades futuras.

Cuando compramos una casa, la accesibilidad tanto a ella como a los lugares de interés cercanos debe ser un factor a tener en cuenta. Aunque nos cueste más pensarlo, debemos tener un plan de movilidad tanto en nuestra casa como en la ciudad a la que nos trasladamos, para así no poder privarnos de continuar disfrutando de una vida confortable.